14 de febrero de 2006

bitácora


este es el inicio de este viaje...

ese maldito YO.

Jamás tuve miedo a la soledad. Desde niño he sabido que mi destino era estar solo completamente solo, toda mi vida. Me aferré al silencio de mi habitación, cada vez que intentaba salir mi madre repetía gritando: "No salgas maldito... Pasa rápido carajo". Fue así que me construí en mi mente a mis propios amigos, mis propios juegos, mis propias historias urbanas, donde yo era el bacancito del cuento y siempre terminaba besándome a la mejor chica.

Hoy estas cuatro paredes de esta habitación son remedo de las esteras que años atrás retenían mi alma vagabunda. La noche, la salvaje noche envuelve la ciudad; cada día la edad juega los dados eternos con mi alma, que se apaga y se marchita. No tengo amigos ni una chica a mi lado, ni nadie con quien conversar y planear algún amorío. Ya van hacer trece años desde que bese a la última chica que ame de verdad, fue una mañana de noviembre del 93, aquel bendito año en que todo me salió bien a pesar de mi juventud y mi falta de experiencia, aunque esto claro, es un decir, por que sigo siendo el mismo inexperto de siempre.

He poseído miles de mujeres, pero siempre al masturbarme, claro está . He tenido solo tres enamoradas, una casi enamorada y una fulana. La primera: Bárbara, romance puro e inocente, me dejó por su ex, que nunca olvido; se casó y tuvieron muchos hijos. La segunda: mi dulce Ana María, amor puro y eterno, me dejó por un pata que conoció en un microbús. La tercera Carla, romance fútil, también me dejó por otro. La casi enamorada se llamaba Giovana, romance anacrónico, me llamó un día, salimos, nos besamos, nos amamos y nos llegamos ha extrañar cuando nos alejábamos; hasta que me dejó un día por un chico que conoció por internet; se fue hasta argentina en su búsqueda y se casó con él. La fulana era Erica, romance monetario, una furcia inalcanzable, prefirió las pijas y el dinero que recibía por sus caricias. Así desde hace seis años no abrazo, ni beso, ni disfruto sexualmente de una mujer.

He amado una docena de mujeres en silencio, he vivido enamorado de varias por meses, incluso años. Una fue Muriel, niña que ame en el colegio, otra fue Sara también del colegio. Mercedes una bella puta que jamás me atreví a preguntarle, siquiera, cuanto cobraba; cada noche iba a mirarla de lejos hasta que una noche no llegó, después supe que murió de SIDA. Hasta hace poco había una nínfula que opacaba todo razonamiento lógico. Amor que jamás pronunció de mis labios una declaración romántica, amor que tan solo se conformó con verla cada día de lejos mientras que el demonio del beso carcomía mis labios ya raídos y sin uso. Actualmente mi obsesión es mi mano, mis noches onanisticas nunca me dejan.

Cuando era muchachito soñaba con ser como aquel mito de los 60, el quimérico Che Guevara, cuando la edad me fue creciendo más, soñaba con ser un trovador rockero, cuando la barba me fue apareciendo quise ser el dueño de un burdel, ahora solo quiero ser cualquier persona, menos el que soy. Dios mío estoy llorando el ser que soy. Sé que mi nacimiento es una casualidad, un accidente risible.

Siempre he estado solo y siempre lo estaré, nunca he tenido amigos; hasta ahora no comprendo como he llegado ha tener tres enamoradas. La vida esta hecha para los ganadores, para los triunfadores y para los que se sienten hermosos. Yo soy un fracasado de primera, cada intento de salir adelante siempre termina en fracaso, cada intento de sentirme un cuerazo termina mirándome al espejo, ahora que recuerdo casi nunca miro reflejado mi rostro en ese vidrio de la vanidad, solo los días que me afeito, por eso ando siempre con la barba algo crecida.

Nunca ninguna chica me ha considerado un tipo simpático. Siempre me han considerado un aburrido por que odio las fiestas y el moverme estúpidamente en ese paso que todos llaman baile. Soy un maniaco depresivo, por momentos paranoico. Jamás he usado drogas para alejarme de la realidad, nunca lo he necesitado, será por que mi imaginación es como un troncho. He abusado muchas veces del alcohol, más de lo necesario. ¿Pero, hasta que punto es necesario?.

Soy más fiel que sacerdote en una confesión. Soy un celoso radical y extremista, mis celos asemejan al que tiene el sol de la noche, por que tiene a la luna y las estrellas. Soy tan tierno como una canción de amor. Soy tranquilo como un mar sin olas. Soy a veces un poco maniaco y salvaje, también amable y educado. No soporto que me miren a los ojos ni que se me queden observando; siempre que converso con alguna chica, me siento un bicho raro y un ser inútil. Amo muchas veces en silencio y en secreto, creo que ya lo dije. Escucho música que comprometa mi pensar, leo casi todos los días. Soy soñador y quimérico, valiente e impulsivo, tierno y voluptuoso.

Suelo escribir jeroglíficos trazados en el aire, dibujo humos de nubes en las sombras, trazo senderos lejanos e inllegables. He escrito miles de cartas de amor y en su mayoría nunca las he enviado. Mis cartas son trastornadas, apasionadas y muy melancólicas. Escribo mirando el mar y a veces el viento me susurra algún poema que me lo copio. Otras veces suelo escribir al borde del abismo y casi a tinieblas. He practicado millones de declaraciones de amor, siempre en secreto y a escondidas. He fabricado penas imborrables, sueños de dormido y ensueños de despierto; todos hoy en día borrados por el tiempo y llevados por el viento, aquel viento silencioso que muchas veces arranco alguna lágrima sin dolor y llevó mis gemidos a través de los recuerdos.

Odio la mentira y las palabras hipócritas. Suelo ser un hombre inefable y privado. Siempre me vanaglorio de no haber hecho jamás ningún acto publico. Una vez compuse una hermosa canción y la cante al viento, y fue el viento quien se la llevó para el nunca jamás. No trabajo en el día ni en la noche. Solo escribo lo exorbitante y lo prodigioso, lo irreal y lo absurdo, lo fantasmal y lo peligroso que algún día se volverán realidad. Acabé la universidad y fundé una revista cultural, "Genereación X", donde escribía lo que el corazón me dictara. Tuve un poco de fama y eso me dio miedo. No quise dejar mis ideales por eso deje de publicar. mis ideales también me llevaron a no amasar riquezas. Ahora tengo un pequeño puesto de compra-venta de libros de viejo. ese pequeño espacio se ha convertido en mi túnel, oscuro y solitario, es mi refugio, es mi madero en un mar violento. No hago nada, es cierto. Pero veo pasar las horas, lo cual vale más que tratar de llenarlas. Trabajo lo indispensable para vivir sin tener que gorrear a nadie. No envidio a nadie y voy por la vida sin hacer daño a nadie.

He gastado muchos zapatos, he caminado bastante; tanto que ya no tengo donde ir y sin embargo lo mundano no me ha invadido, es más, vivo ausente del mundo. Finalmente, estoy lejano de la razón, del deber y cerca de la verdad. Vivo desierto de mujer alguna, más sin embargo amo a todas y a ninguna.

Si quieres conocer un tipo como yo, mándame un e-mail directo al corazón, o mándame tu carta ha cualquier buzón de algún tacho de basura, siempre los reviso, o si quieres mándame un mensaje en la botella, siempre me quedo mirando el mar por las tardes cuando el sol se pierde en el horizonte o si quieres grítalo al viento, siempre escucho el susurro del mismo.

ya conoces algo de mi... quizás no sea el que imaginabas... pero al menos te soy sincero, nunca me gusta mentir... escríbeme si te parece lo correcto.

para siempre: equis.
cuando no ando por las nubes, voy como perdido...